De Batman y el Avispón
Verde a Meteoro y el Auto Fantástico, conocé las series donde los autos también
son las estrellas.
En la historia de la televisión
existieron series que pusieron el foco sobre los automóviles, al punto de quedar en el recuerdo
colectivo, no sólo por sus protagonistas humanos, sino por los vehículos que
conducían. Desde clásicos de la animación hasta personajes de
carne y hueso que cotidianamente nos deleitaban con persecuciones y autos
fantásticos, este Top
10 abarca buena parte de la memoria nostálgica de todo amante de los motores.
David Hasselhoff, un Pontiac, acción, comedia y
gadgets futuristas. ¿Qué podía fallar? El Auto Fantástico es una de las series
que mayor protagonismo le dio a un automóvil, en este caso un Firebird Trans Am
denominado K.I.T.T. (Knight Industries Two Thousand) dotado de inteligencia
artificial y parlanchin, pintura antibalas, un tablero completamente digital y
un volante similar al de un aeroplano. Desde 1982 a 1986 se pudo disfrutar de
la versión original de esta serie, donde Michael Knight luchaba contra los
malos al servicio de la Fundación para la Ley y el Orden. El remate, ese ojo de
LEDs que inclusive llegó al frente de varios autos en la Buenos Aires de los
80´s.
Creado por Tatsuo Yoshida, este animé japonés se
metió en la pantalla chica a mediados de los 60`s y se quedó en el recuerdo de
los tuercas para siempre. A bordo del mítico Mach 5, Meteoro competía en
arriesgadas carreras valiéndose de los innumerables gadgets que ofrecía su
anguloso y superveloz vehículo. Accionados mediante una botonera en el volante,
entre estos trucos se destacaban el gato hidráulico que le permitía realizar
saltos cortos, neumáticos especiales para tener mayor tracción, la capacidad de
sumergirse en el agua, volar y tener visión nocturna. Varios de estos trucos ya
están presentes en los buques insignia de las marcas premium, pero ¿a quién no
le gustaría tener unas poderosas sierras en la parte delantera para atravesar
obstáculos?
“Yeeeeehaaa!” Volar por el aire con un muscle car
difícilmente pueda ser mejor expresado que con el grito característico del
rubio Bo Duke. Junto a su hermano Luke y con la compañía de la hermosísima
prima Daisy, los muchachos del condado de Hazzard luchaban contra la corrupción
del comisionado a bordo del General Lee, un Dodge Charger R/T del 69 naranja
con las puertas soldadas, el 01 en los lados y la bandera de la confederación
norteamericana en el techo. Siempre serán recordadas las intensas persecuciones
a pleno derrape en los caminos de tierra, donde el patrullero de la policía
generalmente terminaba estrellado en algún obstáculo.
La serie protagonizada por Adam West le debe buena
parte de su fama al espectacular Batimóvil creado por George Barris. Desde la
base del Lincoln Futura, (un concept de 1955) Barris le dio vida a uno de los
vehículos más emblemáticos de toda la historia del hombre murciélago. El mismo
contaba con accesorios como el Batiscopio, el cortador de cables, el
Batiteléfono y un expendedor de humo para desorientar a sus perseguidores. El
detalle final... la turbina central que echaba fuego cada vez que el dúo dinámico
salía raudamente de la Baticueva.
Tom Selleck encarnó al detective Thomas Magnum, que
con su camisa floreada, bermudas y mostacho, mostraba un ideal del estilo de
vida norteamericano en las islas hawaianas de los 80´s. Pero el detalle que
mejor representó el contexto playero y opulento fue la bellísima Ferrari 308
GTS roja que frecuentemente tomaba prestada del escritor y magnate Robin
Masters. Tan importante era la Ferrari para el glamour de la serie que en la
apertura, el protagonista está sentado en la deseada coupé cuando llega su
título de presentación (ver galería).
La pareja de policías californianos conquistó los
televisores en los 70´s a bordo de un Ford Gran Torino que se destacaba por su carrocería
en rojo chillón atravesada por una franja blanca. Para la serie, la marca del
óvalo preparó este auto con el objetivo de hacerlo llamativo, dotándolo -además
del exclusivo color- con neumáticos traseros más anchos, llantas de aleación de
15” y suspensión neumática. Persecuciones veloces, el típico rolido de los
autos norteamericanos en las curvas y tazas saliéndose de las ruedas hicieron
de esta serie una de las más exitosas de su época.
Contemporánea al Batman de Adam West, esta serie
fue el primer papel importante en occidente de Bruce Lee, que para esta
oportunidad interpretaba a Kato, compañero del Avispón Verde y obviamente
experto en las artes marciales. Pero más allá de la acción, las miradas y los
suspiros de los televidentes se los llevaba el “Black Beauty”, un Chrysler
Imperial de 1966 impulsado por un V8 de 350 CV y repleto de accesorios. Entre
ellos se destacan los diversos lanzacohetes, la ametralladora, las ópticas
verdes para visión nocturna y un teléfono en la guantera, que proféticamente
adelantaba una tecnología popular en la actualidad.
Ícono máximo de la moda ochentosa, remera abajo del
saco blanco, hombreras gigantes y canciones populares en los episodios, (aún resuena
In the Air Tonight, de Phill Collins) esta serie sobre policías encubiertos,
corrupción y armas tuvo a Don Johnson, Philip Thomas y a una Ferrari
Testarrossa blanca como protagonistas. Durante las primeras tres temporadas, el
automóvil estelar fue una réplica de la Ferrari Daytona Spyder, construida
sobre la base de un Chverolet Corvette C3. Esto despertó la ira de don Enzo
Ferrari, que hasta llegó a demandar al fabricante de réplicas para luego
entregarle a los productores de la serie un par de flamantes Testarrossa
blancas.
Compañero de meriendas, la serie de Hanna-Barbera
se ubica entre las más entrañables de la infancia de muchos de nosotros. Allí,
un perro gran danés parlante y miedoso se ve envuelto en aventuras y misterios
junto a un grupo de adolescentes con variadas personalidades. Todos ellos se
trasladaban en la famosísima “Mystery Machine”, una camioneta inspirada en una
Chevrolet Sport Van 108 de 1968 que cuenta con una paleta de colores
reproducida por infinidad de propietarios en sus vehículos, haciendo de este
utilitario uno de los elementos más destacados de la serie.
La serie animada se estrenó en 1964, con la
recordada música de saxo compuesta por Henry Mancini y una intro que conjugaba
el mundo real con la animación. Allí, una futurística y aerodinámica limusina
rosa llevaba a los personajes en su interior mientras eran pilotados por un
muchacho de casco blanco. El estrafalario vehículo creado por Jay Ohrberg,
autor entre otras maravillas del DeLorean de Volver al Futuro, de K.I.T.T el
Auto Fantástico y el Troncomóvil de los Picapiedras, presenta un lenguaje de
diseño netamente vanguardista, con una trompa alargada y un perfil que asemeja
el corte del ala de un avión.